Hacer senderismo en la naturaleza ayuda a concentrarse y reflexionar.
¿Funciona el cerebro de manera distinta cuando paseamos por la ciudad de cuando hacemos senderismo por el campo? Un nuevo estudio apunta que no hay duda de los cambios neuronales entre pasear en un sitio y otro.
Incluso en política desempeñan un papel importante los paseos por el bosque. Recuérdese cuando Mijaíl Gorbachov caminó junto a Helmut Kohl en julio de 1990 cerca de Stavropol (suroeste de Rusia) para sellar la reunificación alemana. Poetas románticos, como Paul Heyse, elogiaron el bosque como lugar de reflexión, lejos del “ruidoso bullicio del mundo”. En Escocia, un grupo de neurólogos ha demostrado que las escapadas a la naturaleza no solo son buenas para el cuerpo, también para la mente. Según su estudio, la capacidad de concentrarse en lo esencial es bastante mayor en el bosque que en otros lugares.
Los investigadores de Edimburgo enviaron a los participantes del experimento a distintos espacios adonde pasaron media hora: centros comerciales, barrios históricos, zonas peatonales y parques. Las ondas cerebrales medidas mediante electroencefalografía (EEG) diferían significativamente. Según la docente Jenny Roe, los resultados son lo bastante sólidos como para recomendar pausas laborales y salidas a espacios verdes... por el bien del trabajo y la salud.
¿Funciona el cerebro de manera distinta cuando paseamos por la ciudad de cuando hacemos senderismo por el campo? Un nuevo estudio apunta que no hay duda de los cambios neuronales entre pasear en un sitio y otro.
Incluso en política desempeñan un papel importante los paseos por el bosque. Recuérdese cuando Mijaíl Gorbachov caminó junto a Helmut Kohl en julio de 1990 cerca de Stavropol (suroeste de Rusia) para sellar la reunificación alemana. Poetas románticos, como Paul Heyse, elogiaron el bosque como lugar de reflexión, lejos del “ruidoso bullicio del mundo”. En Escocia, un grupo de neurólogos ha demostrado que las escapadas a la naturaleza no solo son buenas para el cuerpo, también para la mente. Según su estudio, la capacidad de concentrarse en lo esencial es bastante mayor en el bosque que en otros lugares.
Los investigadores de Edimburgo enviaron a los participantes del experimento a distintos espacios adonde pasaron media hora: centros comerciales, barrios históricos, zonas peatonales y parques. Las ondas cerebrales medidas mediante electroencefalografía (EEG) diferían significativamente. Según la docente Jenny Roe, los resultados son lo bastante sólidos como para recomendar pausas laborales y salidas a espacios verdes... por el bien del trabajo y la salud.