El gimnasio es uno de los pocos lugares donde podemos lucir hermosamente desarregladas sin problemas. No tenemos que preocuparnos por lucir elegantes, usar zapatos de tacón, estar maquilladas ni con un lindo peinado. ¡Allí debemos estar simples y cómodas para poner el cuerpo en movimiento, quemar calorías y transpirar!
Más allá de que la moda poco importa en el gimnasio, es por esa razón lo que les decía que hay prendas inapropiadas para hacer cualquier deporte.
Camisetas 100% algodón
El algodón grueso absorbe el sudor, y este no necesariamente se elimina rápidamente con la evaporación. Esto puede traer como consecuencia desde sensación de escalofríos hasta resfriados o gripe los días posteriores. Lo ideal es que optes por prendas elastizadas que mantengan la humedad lejos de tu cuerpo.
Sostenes no apropiados
Prueba haciendo flexiones, hincándote, saltando y demás movimientos; en todo momento, el sostén debe mantener tus senos firmes y en su lugar. Quizás cuando estás de pie luce bien, pero al mínimo movimiento te traiciona así que para evitar situaciones embarazosas y evitar incómodas miradas masculinas, chequea tu sostén deportivo antes de ir al gimnasio.
Pantalones holgados
Aunque no lo creas, estos pueden quedar atrapados en las máquinas como el caminador y la bicicleta elíptica y estática. Además, hay deportes en los que resultan incomodísimos e inapropiados, como en el spinning. Lo ideal para llevar al gym son las calzas o pantalones ceñidos al cuerpo, sean cortos o largos.
Tanga
A la hora de elegir la ropa interior para ir al gimnasio, evita las colaless o tangas porque con ellas, tras la sudoración que nos genera el ejercicio, las bacterias del ano y recto “viajan” más fácilmente a la zona de la vagina. Esto puede provocar irritaciones e infecciones.
Camperas atadas a la cintura
Cuando estamos de calzas o shorts deportivos, que suelen ser ajustados al cuerpo, a muchas mujeres nos da vergüenza que el trasero ser marque tanto ¿verdad? Entonces, tenemos la costumbre de usar camperas o buzos atados a la cintura para cubrirlo. Sin embargo, debemos evitarlo; esto no hace más que entorpecer el ejercicio. Dejémonos de pensar en las miradas de los demás: ¡estamos para hacer ejercicio!