Los buenos profesionales saben que para encontrar la plenitud laboral deben comenzar por apreciar su propio trabajo.
Hacer tu profesión la de entrenador personal es mucho más que enseñar ejercicios y contar repeticiones durante el tiempo que dura el entrenamiento.
El tiempo que pasas con tus clientes se forman relaciones de amistad, ocurren anécdotas graciosas, etc.
Estas son algunas de las muchas cosas que hacen que aprecies tu labor.

sábado

Motivos por los cuales no 'progresas adecuadamente' con tu entrenamiento

Tanto si llevas poco tiempo, como varios años haciendo deporte; el estancamiento es uno de esas etapas por las que todo deportista 'amateur' acaba pasando. Como decimos, es algo normal y que sólo se puede combatir con imaginación. Cambiar tu rutina, descansar adecuadamente, darle más intensidad a tus entrenamientos (o menos) pueden ser la clave... Si te reconoces en alguno de estos síntomas, tienes que darle la vuelta a la situación. Tu cuerpo te lo pide y nosotros te damos las pautas para ganar la batalla del estancamiento.




1. No haces bien los ejercicios. Uno de los mayores errores de (casi) toda persona que acude habitualmente al gimnasio es que no hace correctamente los ejercicios. No te canses de preguntar a tu monitor (para eso está) y pídele ayuda o que ejecute el movimiento delante de ti para saber cómo se hace. Vale más una repetición bien hecha que 10.000 mal ejecutadas.

2. No descansas lo suficiente. Hasta en el deporte de élite los deportistas descansan entre competición y competición... ¿Por qué no haces tú lo mismo? Está demostrado que entrenar más de 4 días a la semana no es beneficioso para nuestro organismo. Dale un respiro y duerme las 8 horas preceptivas. Y procura no hacer ejercicio al menos 3 horas antes de irte a dormir. Tu cuerpo lo agradecerá.




3. No llevas una alimentación correcta. De nada sirve ir al gimnasio todos los días si tu dieta es rica en fritos, grasas, bollería industrial, bebidas con alcohol y con azúcar... Si ya sabes lo que no debes tomar, ¿por qué insistes en hacerlo? La mejor bebida es el agua y los alimentos, cuánto menos 'tratados', mejor.

4. No le pones la suficiente intensidad. Descansas mucho entre series, no levantas el suficiente peso, te 'cansas' muchísimo... Excusas. ¿Seguro que no puedes correr ni un minuto más? ¿No puedes hacer otra repetición? No decimos que vayas siempre 'al fallo', pero a lo mejor estás acostumbrado a esforzarte lo mínimo. Exígete todos los días un poquito más. Siempre.





5. Entrenas demasiado. Si eres de los que practican varios deportes, vas todos los días al gimnasio, te apuntas a todas las actividades deportivas que imaginas y le dedicas más de dos horas al día a hacer deporte... Tenemos malas noticas para ti: tanto tiempo no te cunde. El músculo se agota si no se le deja el suficiente descanso y llega el catabolismo muscular o destrucción. Para evitarlo, procura dejar el suficiente tiempo para que el músculo se recupere.

6. Pierdes tiempo en el gimnasio. Ya sea porque dejas demasiado tiempo entre serie y serie o porque te entretienes mirando la tele, esperando a recuperarte o simple y llanamente, hablando con tu compañero; perder tiempo es una de las peores prácticas que puedes hacer a la hora de ejercitarte. ¿Te imaginas parando a hablar cada dos minutos cuándo vas a hacer 'running'? No te olvides de llevar un cronómetro para medir el tiempo entre series y consulta a tu monitor.




7. No eres constante. Vas dos semanas 'a muerte' al gimnasio... Y después, nada de nada. Vas a correr un par de días seguidos y luego lo dejas porque tienes agujetas... Te vas de vacaciones y 'pasas' completamente del ejercicio. Está claro: te falta constancia. Y, como todo en esta vida, el ejercicio no tiene ningún sentido si no somos constantes. Si tienes problemas para organizarte, prueba a buscarte un compañero de fatigas o descárgate cualquiera de las 'apps' que hay para 'smartphone'. 
8. Sobreentrenas un grupo muscular. Uno de los grandes errores es entrenar en demasía un grupo muscular y 'menospreciar' los demás. Un cuerpo armonizado comprende todo el cuerpo. Si quieres tener tus piernas y glúteos firmes, ¿por qué descuidar tus bíceps u hombros?

9. Has perdido la motivación. Vas al gimnasio, haces tu rutina como un autómata y te vas... ¿Te suena? Si estás estancado, seguramente éste será uno de los principales motivos para encontrarte así. Prueba a cambiar tu rutina, tu dieta, tu gimnasio si hace falta... Vete a correr si no lo haces, ponle peso a tus sentadillas, busca nuevas rutinas... En definitiva, busca nuevos retos o acabarás dejando el ejercicio. 

10. No tienes el equipamiento adecuado. ¿Vas al gimnasio 
con la camiseta de 'estar por casa'? Bueno, eso no es tan grave... Pero si insistes en ir a correr con unas zapatillas poco adecuadas a tu manera de caminar, lo más probable es que te acabes lesionando a la larga y que tu rendimiento se resienta ¿Irías a una carrera ciclista con una bici de paseo? Pues eso...




La clave para no estancarse haciendo ejercicio es tener una rutina que cambie lo suficiente para que no acabemos acostumbrándonos a ella.
Este es un mal bastante común que afecta a los deportistas amateurs.